La respuesta a esta pregunta parece muy obvia, pero no sé hasta que punto tenemos claro qué es lo que pasa cada domingo en algunas iglesias locales...
En el tiempo de adoración, ¿entramos al lugar santísimo?
Es probable que cantemos canciones muy bonitas y aún es posible que el grupo que dirige la alabanza lo haga con muchos y buenos instrumentos y buenas voces.
Por esto y por el resonar de la iglesia cantando, diremos:
¡Cómo adoramos a Dios, qué sacrificio de alabanza!
Pero la realidad es que adoramos a Dios, sólo si hablamos y cantamos lo que creemos en nuestros corazones(Col 3:16).
En los salmos vemos a hermanos nuestros que ciertamente derramaban sus corazones en adoración a Dios:
"¿A quien tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada deseo en la tierra" (Salmo 73:25).
"¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová".
"Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo".
"Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo".
"Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad" (Salmos 84:1, 2 y 10).
Realmente necesitamos entender lo que hacemos en los tiempos que llamamos adoración.
Entender a quien adoramos, por qué lo hacemos, con quien y por medio de quien...
Muy Bueno Marcos!
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