Salmos 3:3
En los 2 primeros versículos vimos que David se centraba en sus enemigos y son versículos muy inquietantes, pero ahora David pone su mirada en Dios y todo cambia totalmente, ahora ve a Aquel que levanta su cabeza, su gloria, su escudo, quien le protege de todos sus atacantes.
Los enemigos querían ver a David hundido, pero Dios le levanta, David se siente honrado al encontrar sus fuerzas no en sí mismo, si no en Dios (¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Romanos 8:31).
Cuando todo lo que sucede a nuestro alrededor parece mostrarnos la derrota, cuando nos vemos abatidos por las consecuencias del pecado, cuando creemos que ya no hay posibilidades para nosotros...hemos sido comprados por Su sangre (Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Romanos 8:1), debemos acudir a El sabiendo que es nuestro escudo y Quien levanta nuestra cabeza, Quien nos da las victorias diariamente.
Dios, es un privilegio servirte, cuando las dificultades vengan, Se nuestro escudo, levanta nuestra mirada hacia Ti en todo momento y cada día ¡Se nuestra gloria!
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