Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba.Salmos 3:5
¿Cuantas veces algún problema o situación difícil nos ha quitado el sueño?
Personalmente me he encontrado muchas veces dando vueltas en la cama sin poder dormir...
Algo que torturaba mi mente no me dejaba tener paz, ni mucho menos, dormir.
Acosté y dormí son maneras poéticas de describir una sensación de seguridad y es que solamente si estamos en paz podremos ir a dormir tranquilos sin pensamientos que nos perturben (En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque sólo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
Salmos 4:8).
Es un regalo incalculable para los hijos de Dios, poder descansar en El en medio de circunstancias adversas. El cristiano sabe que Dios siempre obra a nuestro favor (Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:28) y que incluso las aflicciones son necesarias (confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.
Hechos 14:22).
No debemos ocultar o no enfrentar nuestras luchas, más bien debemos confiar en Dios que está al control de todas las cosas. Tener tal confianza en Dios no es de un día para otro, debemos ejercitar la fe en cada prueba...
Si David tuvo paz en medio de estos terribles enemigos...confiemos, tenemos el mismo Dios, también podremos encontrar en El, nuestro refugio.
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